martes, 27 de octubre de 2009

Cartagena entrañable

Personajes ilustres


San Isidoro de Sevilla



Bartolomé Esteban Murillo. Catedral desevilla

Proclamado Doctor de la Iglesia el 25 abril de 1722 por el papa Inocencio XIII
Apodo: "el hombre más sabio de su época"
Venerado en la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa
Festividad: 4 de abril Romano y Griego y 22 de diciembre Mozárabe

San Isidoro de Sevilla (Cartagena, c. 560 - † Sevilla, 4 de abril de 636), obispo, teólogo, cronista, compilador y santo hispanorromano de la época visigoda.
Fue arzobispo de Sevilla durante más de tres décadas (599-636) y uno de los grandes eruditos de la temprana Edad Media.
Nació en Cartagena, de donde también era su familia. Se distinguió por su contribución a la conversión de los reyes visigodos (arrianos) al catolicismo. La familia de San Isidoro parece que huyó a Sevilla tras la conquista bizantina, al ser los bizantinos defensores del rey Agila I, aliado de los bizantinos, frente a Atanagildo.
Miembros de esta familia son su hermano San Leandro, su inmediato predecesor en el arzobispado de Sevilla y oponente del rey Leovigildo (llegó al arzobispado al inicio del reinado del nuevo rey, el ya católico Recaredo); su hermano San Fulgencio, que llegó a ser obispo de Cartagena y de Astigi (hoy Écija), y también su hermana santa Florentina, de la que la tradición dice que fue abadesa a cargo de cuarenta conventos. Son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena y son patrones de la diócesis de Cartagena. San Isidoro también es hermano de Teodora o Teodosia, reina que fue de la Hispania visigoda por su matrimonio con el rey Leovigildo. San Isidoro y sus hermanos San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina son tíos, por tanto, de los hijos de Leovigildo y Teodora: San Hermenegildo y Recaredo, el rey visigodo que se convirtió al cristianismo católico.

La maestría de San Isidoro en griego y hebreo le dio reputación de ser un estudiante capaz y entusiasta. Su propio latín estaba afectado por las tradiciones locales visigodas y contiene cientos de palabras identificables como localismos hispanos (el editor de su obra en el siglo XVII encontró 1.640 de tales localismos, reconocibles en el español de la época).

En una época de desintegración de la cultura clásica, de violencia e ignorancia entre las clases dominantes, san Isidoro impulsó la asimilación de los visigodos, que ya llevaban dos siglos en Hispania, a fin de conseguir un mayor bienestar, tanto político como espiritual, del reino. Para ello, ayudó a su hermano en la conversión de la casa real visigoda (arrianos) al catolicismo e impulsó el proceso de conversión de los visigodos tras la muerte de su hermano (599). Presidió el segundo Sínodo Provincial de la Bética en Sevilla (noviembre de 618 o 619, durante el reinado de Sisebuto), al que asistieron no sólo prelados peninsulares sino también de zonas tan distantes de Hispania como la hispania norbonense(Narbona pertenecía a la Hispania visigótica) y Galia.
En las actas del Concilio, se establece totalmente la naturaleza de Cristo, rebatiendo las concepciones arrianas.

A edad avanzada, también presidió el IV Concilio de Toledo (633), que requirió que todos los obispos estableciesen seminarios y escuelas catedralicias; siguiendo las directrices establecidas por san Isidoro en Sevilla fue prescrito el estudio del griego y el hebreo, y se alentó el interés por el estudio del derecho y la medicina.
También marcó la unificación litúrgica de la España visigoda e impulsó la formación cultural del clero. El Concilio fue probablemente un reflejo de las ideas de san Isidoro. Pero el Concilio no sólo produjo conclusiones de carácter religioso o eclesiástico, sino también político. El lugar ocupado por el rey y la deferencia a él debida en el Concilio es también destacable: la Iglesia es libre e independiente, pero ligada mediante una solemne lealtad al rey; nada se dice acerca de la lealtad al obispo de Roma. Para muchos autores fue uno de los primeros pensadores en formular la teoría del origen divino del poder regio: “Dios concedió la preeminencia a los príncipes para el gobierno de los pueblos”.

Producción literaria
Autor prolífico, escribió tratados filosóficos, lingüísticos e históricos. De entre sus numerosas obras destacan: De natura rerum (Sobre la naturaleza de las cosas, un libro de astronomía e historia natural dedicado al rey visigodo Sisebuto), De ordine creaturarum, Regula monachorum, De differentiis verborum (que es más que un libro de sinónimos sino un breve tratado teológico sobre la doctrina de la Trinidad, la naturaleza de Cristo, el Paraíso, los ángeles y los hombres) y, sobre todo, Originum sive etymologiarum libri viginti (Etymologiae o Etimologías).
Éste último dividido en veinte libros, con 448 capítulos, constituye una enorme obra enciclopédica en la que se recogen y sistematizan todos los ámbitos del saber de la época (teología, historia, literatura, arte, derecho, gramática, cosmología, ciencias naturales...). Gracias a este obra, se hizo posible la conservación de la cultura romana y su transmisión a la España visigoda.
Esta recopilación de la cultura clásica fue tan apreciada, que en gran medida sustituyó el uso de las obras de los clásicos cuyo saber recoge.
- Historiografía
Este personaje escribió diversas obras históricas, pero la más importante es la de las Etimologías, en las que busca una especie de enciclopedia en la que se recojan todos los conocimientos. Otra obra, pero de menor importancia es su Historia de los Godos, Vándalos y Suevos.
- Las Etimologías
Una de las cuestiones que se abordan en este libro es definir el concepto de historia y diferenciar los tipos de historia que pueda haber. Isidro de Sevilla coloca a la historia dentro del género de la gramática, ya que, al igual que en la antigüedad, la trata como un género literario. Dice que la historia es la narración de hechos acontecidos y que etimológicamente significa ver o conocer. Esto difiere de la concepción que tenía Heródoto, ya que para él significaba investigar.
Para Isidoro de Sevilla, los escritores antiguos sólo escribían de lo que habían visto. Él hace una genealogía de la historia. Cita como el primer historiador a Moisés, que es el que hace la historia sobre el principio del mundo. Entre los griegos, el primer historiador es un tal Dares el Frigio, que realmente fue un personaje de la Ilíada, un sacerdote de Troya. San Isidoro lo considera así porque en el siglo V aparece una historia apócrifa de la Guerra de Troya, aparentemente escrita por este hombre, y será la fuente más valorada sobre este hecho durante la Edad Media (incluso más que Homero). Luego se descubrirá que no existió tal autor. El siguiente historiador griego se considera que fue Heródoto.
Luego, Isidoro de Sevilla habla de la utilidad de la historia, que es para la enseñanza del momento presente. Este autor y esta obra serán muy influyentes durante toda la Edad Media.
Historia de los Godos, Vándalos y Suevos
Historia de los pueblos que se asientan en la Península durante el siglo V d. C. ahora se da un paralelismo con lo ocurrido con Eusebio de Cesarea, porque escribe desde el lado de los Visigodos, que son los pueblos que se enfrentan a los romanos. Su tarea debe ser que no se muestre a los Visigodos como los malos y a los romanos como los buenos. Por eso dice que durante la conquista, todos los romanos que estuviesen en un lugar sagrado, como dentro de una iglesia, o que simplemente gritasen el nombre de Cristo, no fueron muertos ni cautivados.
En cuanto a los Judíos
En su obra De fide catholica contra Iudeaos, amplia las ideas de San Agustín sobre la presencia judía en sociedad cristiana. Como Agustín, acepta la necesidad de no eliminar la población judía por su papel supuesto en la venida segunda de Jesús. Pero él ataca la práctica judía más que otros.
- Influencia
San Isidoro fue muy leído durante la Edad Media y Renacimiento (al menos diez ediciones fueron impresas entre 1470 y 1530). Su influencia fue enorme entre sus contemporáneos. Braulio, obispo de Zaragoza y amigo de San Isidoro, le describió como el hombre elegido por Dios para salvar a los españoles de la marea de barbarie que amenazaba con inundar la civilización clásica en Hispania. El VIII Concilio de Toledo (653) manifestó su admiración por la figura de San Isidoro con las siguientes elogiosas palabras : «El extraordinario doctor, el último ornamento de la Iglesia Católica, el hombre más erudito de los últimos tiempos, el siempre nombrado con reverencia, Isidoro». Este tributo fue ratificado por el XV Concilio de Toledo, celebrado en 688. Entre sus discípulos se encuentra San Ildefonso de Toledo.
Todos los escritos históricos medievales de España estuvieron basados en las obras de San Isidoro. Hasta el siglo XII, fue transmitido mediante traducciones de fuentes árabes, siendo una de las fuentes principales para la penetración en Europa de los trabajos de Aristóteles y otros grandes

Muerte y canonización
Fue el primero de los grandes compiladores medievales. Fue canonizado en 1598, y en 1722 el papa Inocencio XIII lo declaró doctor de la Iglesia. En el año 2001 fue declarado patrón de Internet.
Los restos mortales de San Isidoro de Sevilla se encuentran actualmente en la Basílica de San Isidoro de León donde fueron trasladados desde su sepulcro en Sevilla en 1063. El hecho de llevarlo a León se debe a que el monarca leonés Fernando I obtuvo las reliquias del rey de la taifa de Sevilla, al-Mutamid, tributario suyo (que más tarde llamaría a la península a los almorávides, los cuales se anexionaron su reino). Existen también algunas reliquias suyas en la Catedral de Murcia.
En el Altar mayor de la Parroquia de La Anunciación de Abla, (Almería), también se encuentra una reliquia de San Isidoro, donada por la Curia Romana en el mes de diciembre de 2008 con motivo de la consagración de dicho altar.

Leyenda
Según cuenta la leyenda, en 1063 Fernando I guerreó por tierras de Badajoz y Sevilla, e hizo tributario suyo al rey taifa de Sevilla. De él consigue la entrega de las reliquias de Santa Justa, pero cuando su embajada llega a Sevilla a recogerlas, no las encuentra. Sin embargo, una vez en Sevilla, el obispo de León, miembro de la embajada, tiene una visión mientras duerme, gracias a lo cual encuentran milagrosamente las reliquias de San Isidoro. El retorno se hace por la Vía de la Plata. Cerca ya de León, la embajada se interna en tierras pantanosas, sin que los caballos puedan avanzar. Al taparles los ojos a los caballos, éstos salen adelante dirigiéndose hacia la recién construida iglesia de los Santos Juan y Pelayo, que desde entonces se llamará de San Isidoro.

Isidoro Máiquez


Monumento a Máiquez, Plaza San Francisco de Cartagena

Isidoro Patricio Maiquez Rabay, Cartagena 1768-Granada 1820.

Una pasión teatral familiar
Un joven valenciano, cordonero de seda, emigró a la ciudad de Cartagena dispuesto a encontrar una forma de vida mejor. Isidoro Máiquez Tolosa, como se llamaba, conoció allí a la cartagenera Josefa Rabay, de raíces genovesas, y junto a ella formó un hogar en la calle Cuatro Santos de la ciudad.
El 17 de marzo de 1768 tendrían al que fuera el primero de sus tres hijos, Isidoro Máiquez, llamado a ser uno de los más grandes intérpretes de la escena española de todos los tiempos. Isidoro crecerá en Cartagena siendo sus padres los que se encargan de su educación en sus primeros años, pasando después a recibir las enseñanzas del maestro Ginés Franco.
Desde muy pequeño se despertó en Isidoro lo que fuera en un principio interés y más adelante pasión por el teatro. Su padre, enamorado de este arte, fue en un primer momento el principal responsable de la vocación de su hijo, inculcándole entusiasmo por la escena desde el punto de vista del espectador, y además de un modo activo. Isidoro concibió desde pequeño el sueño de llegar a ser un gran actor.

En el teatro con papá
Isidoro Máiquez Tolosa se integró en los ambientes teatrales de su época, en la Cartagena de la segunda mitad del XVIII. Los ambientes escénicos se encontraban en una situación de decadencia, con un reconocimiento escaso y desfavorable al empleo de actor, especialmente en España.
No obstante, el padre de Isidoro se integró en el círculo formado por un cuadro de aficionados en Santa Lucía. También formó parte de un grupo que tenía su centro de reunión detrás del Convento de las Carmelitas. Inmiscuido en su afición de actor observó como la emoción que él sentía se trasladaba a su hijo, quien, primero con la lectura de obras teatrales y después con la memorización de textos y poesías, le demostró que él también había nacido para el teatro. El gran ímpetu y deseo de recitar los versos que aprendía condujo a su padre a llevarlo consigo en sus ensayos y actuaciones. Ante la vehemencia del pequeño Isidoro, pronto le permitiría intervenir con papeles cortos y sencillos con la intención de que fuera acostumbrándose a actuar delante de un público.

Desamparo en el seno familiar
La vida de la familia Máiquez se vio truncada al morir Josefa, dejando a su marido a cargo de sus tres hijos, Isidoro, José y Juan. El cabeza de familia cae entonces en un período de desolación y desorden que le lleva a abandonar su empleo para dedicarse únicamente a su vida teatral, uniéndose a una compañía cómica que actuaba en la Casa de Comedias.
En estos ambientes fue donde se desenvolvió el pequeño Máiquez, lector consumado de obras teatrales a las que accedía en la biblioteca de su padre o que conseguía por su cuenta. Esto le hizo formarse y soñar con lo que un día sería dentro del teatro español. De todas las lecturas que le envuelven serán las del genuino Shakespeare las que más le motiven y enseñen en esos años de inquietud.
Sin haber alcanzado aún fama ni consideración alguna, se convierte en marido de la conocida actriz Antonia Prado en los años 90 del XVIII. Algunos pensaron que más allá del enamoramiento de la joven pareja, a Máiquez pudo incentivarle la idea de encontrar la pareja perfecta para conseguir lo que pretendía alcanzar, pero el destino y el empeño del cartagenero le llevaron por otros derroteros.

La figura determinante de Talma
En la España del siglo XVIII el teatro español no gozaba de un reconocimiento considerable, no pasando de ser meros espectáculos de recreación, bailes, alborotos y máscaras. Máiquez, ya en su juventud irremediablemente absorto en el mundo teatral, deseaba que esa actitud que se desprendía del panorama escénico español mutara hacia una cultura teatral que dignificara el oficio de actor, consciente y convencido de que esto era posible.
Atraído por las fabulosas noticias que desde Francia llegaban sobre un actor llamado Talma, el joven Isidoro sintió la necesidad urgente de conocerlo. Este dramaturgo francés había conseguido adquirir una gran notoriedad a pesar de recibir muchas críticas por haberse desprendido de los modos tradicionales que habían estado marcando y condicionando las pautas teatrales.
Sin apenas dinero y sin tener casi nociones del idioma, marcha a París arriesgando prácticamente todo lo que tenía. Allí conocería al que se convirtió en uno de sus principales apoyos en la ciudad parisina, José Mª Carnerero, personaje que le ayudó a codearse con algunos de los actores de mayor renombre en el país galo, como Clauzel, Lafond, la Mars y la Duchesnois.
Pero ninguno de estos encuentros caló en el sentir de Máiquez del mismo modo en que lo hizo el gran Talma. Su capacidad escénica y el modo en el que transportaba a los espectadores hasta recónditos lugares, hicieron experimentar en el interior del actor cartagenero un cúmulo de sensaciones que le quedarían grabadas para siempre. La primera vez que le vio actuar Máiquez se desmoralizó pensando en la calidad y capacidad de este hombre, tanto en sus aptitudes como en sus posibilidades económicas, y qué lejos estaba él de alcanzar lo mismo.

Persiguiendo un sueño
Esta situación le condujo a reflexionar y cavilar sobre cuáles eran las claves del maestro para de esta forma intentar potenciar su propio éxito. Talma contaba con mucho dinero para poder financiar sus representaciones, y esto fue lo que se propuso conseguir desde ese momento. Así, vendió sus libros, pidió dinero a su mujer, agotó la pensión que había recibido del ministro Godoy antes de su marcha a Francia, la que había cobrado de los fondos destinados a la vejez e incluso las ayudas de la condesa de Benavente.
Su estancia en París se prolongó dos años, durante los cuales recibió las clases y recomendaciones de Talma, y al escuchar a éste decirle 'eres mejor Otelo que yo mismo', decidió que el momento de regresar a casa había llegado. Un consejo del francés le acompañaría desde ese momento: 'deja que tu genio domine todas las técnicas. No se aprende la genialidad'.
Y fue precisamente genialidad lo que de alguna forma se forjó en el interior de Isidoro Máiquez durante su estancia en Francia que todo el mundo pudo contemplar y admirar a su vuelta. Ya en Madrid se incorporó a las filas de la compañía Los Caños del Peral. Era bastante modesta, pero al renovado Máiquez le era suficiente para poder demostrar todo lo que había ido interiorizando durante su relación con Talma. Pronto se ganó el fascinado aplauso de un público que le consagraría hasta ocupar un puesto privilegiado entre todos los actores españoles de su tiempo, reconocimiento que perduró en el transcurso de los años.
Fueron también muchos los elogios de grandes personajes de la época como su gran amigo Goya o el trágico inglés Kemble, quien dijo de él que era el mejor actor que había visto nunca.

Tiempo de renovación para la escena española
Máiquez se convirtió así en uno de los mejores discípulos de Talma, quien desde siempre había percibido en él un enorme potencial para la interpretación.
El triunfo de Máiquez y por el que pasaría a la historia fue por la aplicación de esa especial forma de sentir y entender el universo teatral, de pronunciar los versos con registros de voz insospechados, de buscar la complicidad del movimiento en cada paso en el escenario. Con calma, con pausa, con una emoción contenida, Isidoro Máiquez llegó a tocar con las manos la sensibilidad de los que acudían a deleitarse, a sufrir, a llorar, a reír con él y por él, insinuando, diciendo, gritando, susurrando cada verso y cada palabra.
Los días de Isidoro Máiquez finalizaron en la ciudad de Granada, lugar donde se encuentran sus restos. Fue en 1820, precisamente otro 17 de marzo, la misma fecha que 52 años atrás lo había visto nacer.

Marcos Jiménez de la Espada

Marcos Jiménez de la Espada (* 1831-1898) fue un zoólogo, explorador y escritor español natural de Cartagena (Murcia), aunque pasó gran parte de su vida en Madrid, donde murió.
Es conocido por participar en la llamada Comisión Científica del Pacífico, la mayor realizada por España en América después de perder la mayor parte de sus colonias en este continente, el cual recorrieron Jiménez de la Espada y sus compañeros entre 1862 y 1865. También publicó trabajos sobre la Geografía e Historia del continente americano.

Formación
Como hijo de funcionario que era, Jiménez de la Espada tuvo que cambiar de residencia varias veces durante su infancia y adolescencia, llegando a cursar el bachillerato en ciudades tan alejadas entre sí como Valladolid, Barcelona y Sevilla.
En 1850 inició la carrera de Ciencias Naturales en la Universidad Complutense de Madrid, que terminaría cinco años después con el trabajo Los anfibios de Blainville y los batracios de Cuvier forman una clase aparte. El estudio y taxonomía de los anfibios sería un tema recurrente en su quehacer científico posterior.
Dos años antes de terminar la carrera, consiguió su primer empleo como ayudante en la sección de Historia Natural de la universidad. Sin abandonar ésta consiguió otro puesto en 1857, también como ayudante, en el Museo de Ciencias Naturales de la Corte, hoy Museo de Ciencias Naturales de Madrid. En ambos casos su labor de investigación (que duró 7 años en estos dos puestos, y 43 en otros similares en el mismo museo) se centró en la zoología y la anatomía comparada. Sin embargo, se debe admitir que los puestos que consiguió dentro del Museo no fueron nunca muy importantes (salvo al final de su vida), debido en buena medida a la caída en desgracia de su maestro y director del Museo, Mariano de la Paz Graells, en 1867.
La Comisión Científica del Pacífico
Algunos de los integrantes de la Comisión, fotografiados durante el transcurso de ésta. Jiménez de la Espada se encuentra sentado en el suelo.
La futura Comisión comenzó a gestarse inicialmente en la corte de Isabel II como una simple operación militar para reforzar la perdida presencia española en las costas americanas del Océano Pacífico, no demasiado diferente de otras intervenciones militares españolas de la misma época en La Española, Marruecos o Indochina. No obstante, influidos por el auge de las expediciones científicas europeas en el resto del mundo (especialmente las del alemán Alexander von Humboldt), los responsables de la operación decidieron darle un nuevo enfoque científico, aunque las actividades de éste estarían supeditadas al mando militar. Se esperaba que la llamada Comisión Científica del Pacífico hiciese un completo análisis de la biodiversidad, geografía y antropología del continente americano, como nunca se había hecho hasta entonces. También sería la mayor expedición científica realizada por España hasta la fecha, en la cual no sólo se documentaría gráficamente sino que también se recogerían multitud de especímenes, tanto vivos como muertos, que serían destinados al Museo de Ciencias Naturales y al Jardín Botánico de Madrid. Para ello, se eligieron ocho naturalistas, de los que cuatro eran zoólogos. Jiménez de la Espada logró ser uno de ellos gracias a las gestiones de Graells, que lo consideraba su discípulo predilecto.
La expedición partió en agosto de 1862 del puerto de Cádiz, hizo un par de escalas en las islas Canarias y Cabo Verde, bordeó las costas de Brasil y arribó a Uruguay. Allí la expedición se dividió en dos, una de las cuales se adentró tierra adentro hacia el oeste, mientras que la otra (en la que figuraba Jiménez de la Espada) siguió la ruta marítima rodeando la costa sudamericana y atravesando el peligroso Estrecho de Magallanes, para reunirse de nuevo con sus compañeros en Chile. Desde allí la expedición hizo un completo reconocimiento de las costas de Perú, Centroamérica, México y California (con escala incluida en San Francisco), para luego volver de nuevo hacia Perú, donde debía continuar el estudio tierra adentro. Recién llegados allí en marzo de 1864, se encontraron con que estallaba la guerra entre España y el país andino, a quien se uniría posteriormente Chile. Incapacitada para desembarcar en la mayor parte de la costa pacífica sudamericana, los mandos militares ordenaron la supresión de la expedición. No obstante, Jiménez de la Espada y otros tres científicos de la Comisión (el joven zoólogo Francisco de Paula Martínez y Sáez, el antropólogo cubano Manuel Almagro y el botánico Juan Isern y Battló) se negaron a ello y optaron por seguir la expedición en tierra firme por su cuenta, a pesar de las constantes órdenes en sentido contrario que les llegaban desde España. Comenzaba así el llamado Gran Viaje, durante el cual cruzarían todo el continente sudamericano por su parte más ancha, desde Ecuador a la desembocadura del río Amazonas. El regreso a España del fotógrafo de la expedición al estallar la guerra, Rafael Castro y Ordóñez (primero que se sumaba a una expedición científica), hizo que el testimonio gráfico del Gran Viaje corriese a cargo del propio Jiménez de la Espada, que incluyó numerosos dibujos de los paisajes que visitó durante la travesía en su diario.
Muchos de estos dibujos son de volcanes, por los que parecía sentir una especial atracción que le llevó a escalar cuantos se encontró en el camino. Entre ellos se cuentan el volcán Izalco de El Salvador, visitado durante la primera fase del viaje, y los ecuatorianos Cotopaxi, Sumaco y Pichincha. En éste último se perdió durante tres días, pero pudo ser rescatado en el último momento por sus compañeros. Tras cruzar la cordillera andina, llegó con sus compañeros al río Napo, siguió el curso del mismo hasta el Amazonas y desde allí alcanzó el Océano Atlántico. Los cuatro agotados expedicionarios regresaron a España en diciembre de 1865, tras lo cual Jiménez de la Espada se reincorporó rápidamente a sus puestos en el Museo de Ciencias Naturales y la Universidad de Madrid.

Labor científica y obras
-Zoología
Durante toda la aventura americana, Jiménez de la Espada recolectó todo tipo de animales que no sólo estudió, sino que también envió, vivos, a Madrid. Ya antes de embarcarse en la expedición había trabajado varios años en la aclimatación de animales foráneos en el Jardín Botánico de Madrid, todo ello bajo las directrices de Graells. Con la experiencia adquirida entonces, no le fue difícil hacer lo mismo con distintos ejemplares de mamíferos, aves y reptiles que hasta entonces no se habían llevado nunca a Europa, entre ellos algunos tan característicos como la mara o liebre de la Patagonia, el guanaco, el cisne de cuello negro y el cóndor de los Andes. Muchos de los descendientes de estos animales serían cedidos más tarde a diversos jardines zoológicos europeos, lo que le valió a Marcos Jiménez de la Espada la concesión de la medalla de primera clase de la división de mamíferos por parte de la Société impériale zoologique d’acclimatation de Francia, otorgada el 23 de marzo de 1866.
Pasó seis años dedicándose exclusivamente a reordenar y estudiar a fondo los materiales recogidos durante la expedición, que plasmaría en sus obras posteriores. En 1870 publicó el artículo Algunos datos nuevos o curiosos acerca de la fauna del Alto Amazonas. Mamíferos. en el Boletín-Revista de la Universidad de Madrid. Dentro de éste describía (entre otros) el aspecto y comportamiento del murciélago Thyroptera albiventer y daba a conocer por primera vez en Occidente los monos Leontocebus graellsi (bautizado así en honor de su maestro) y Leontocebus lagonotus. En 1871 publicó el informe Faunae neotropicales species quaedam nondum cognitae ("Especies de la fauna neotropical desconocidas") en el Jornal de la Academia de Ciencias de Lisboa, y ese mismo año fundó junto con otros colegas la Sociedad Española de Historia Natural, en cuyos anales publicaría buena parte de sus trabajos posteriores.
Ya era un autor de referencia en toda Europa cuando, en uno de estos anales, publicó su mayor obra en el campo de la zoología, Vertebrados del viaje al Pacífico. Batracios. confeccionada tras estudiar de forma exhaustiva los 786 anfibios recolectados durante el viaje. En la obra, publicada en 1875 y reeditada en 1978, describe un total de 18 géneros y especies ya conocidas, así como 2 géneros, 12 especies y 3 subespecies totalmente ignoradas en aquel entonces. El Vertebrados... no sólo describe las especies desde el punto de vista anatómico, sino que también habla de su biología y costumbres. Destaca lo referido a la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii), de la que rebatió la concepción errónea (tenida entonces por cierta) de que daba a luz crías vivas a través de su boca, en lugar de (como él demostró) poner huevos que luego el macho incubaba en su saco bucal. Este complejo estudio se considera, aún hoy, un clásico dentro de la literatura zoológica.
Pero no todo iban a ser éxitos. La disolución gubernamental de la comisión encargada del estudio de los materiales recogidos durante la expedición del Pacífico le privó de muchos de sus especímenes, entre ellos los correspondientes a su colección de mamíferos del Alto Amazonas, que estaba compuesta por animales de 100 especies diferentes, 35 de las cuales aún no descritas y nominadas. Veinte de estos mamíferos fueron descritos posteriormente por naturalistas extranjeros, a partir de ejemplares recolectados en expediciones que tuvieron lugar más tarde. Las trece restantes pudieron ser estudiadas por Ángel Cabrera, discípulo de Jiménez de la Espada, en 8 volúmenes que publicó entre 1900 y 1917. El diario que escribió durante el viaje fue publicado por Agustín J. Barreiro en 1928.
-Geografí, Historia y Antropología
A pesar de encontrarse en el clímax de su prestigio como zoólogo, Jiménez de la Espada aparcó momentáneamente su labor científica y se entregó al estudio de la geografía e historia americana. En 1876 fundó la Sociedad Geográfica de Madrid, y en 1883 entró en la Academia de la Historia. Desde allí dirigió la reedición de las obras de grandes viajeros medievales y modernos como Pero Tafur y el jesuita Bernabé Cobo, y los estudios sobre el Perú prehispánico de Pedro Cieza de León y Bartolomé de las Casas. Entre 1881 y 1897 publicó los 4 volúmenes de su obra Relaciones geográficas de Indias, sobre el antiguo Virreinato del Perú, que le valieron la concesión del premio Loubat de la Academia de la Historia.
Participó en los congresos americanistas de Bruselas (1879), Madrid (1881), Turín (1886), Berlín (1888) y París (1890). Su labor en pro de la divulgación de la antigua cultura incaica le valió la concesión de una medalla de oro por parte del Gobierno Peruano. También se le nombró miembro de la Sociedad Berlinesa de Antropología, Etnografía y Prehistoria, de la Real Sociedad Geográfica de Londres y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. En 1895 accedió a la presidencia de la Sociedad Española de Historia Natural que él mismo había contribuido a fundar.
Curiosamente, no presentó su tesis doctoral hasta abril de 1898, tres meses antes de ser nombrado catedrático de anatomía comparada y seis antes de su muerte. Su fallecimiento truncó el amplio estudio que preparaba sobre la expedición marítima de Alessandro Malaspina en el siglo XVIII. Francisco Giner de los Ríos y otros amigos que había hecho en la Institución Libre de Enseñanza le presentaron como símbolo del regeneracionismo científico español durante una ceremonia de homenaje oficiada tras su muerte.
Abreviatura
La abreviatura Jiménez de la Espada se emplea para indicar a Marcos Jiménez de la Espada como autoridad en la descripción y taxonomía en zoología.

Joaquín Belda

Joaquín Belda Carreras (Cartagena, Murcia, 5 de octubre de 1883 - Madrid, 1935), periodista, novelista y humorista español.

Biografía
Novelista muy hábil y posesor de una gran vis cómica, se dedicó casi en exclusiva al género de la novela erótica popular. Por eso los críticos de su obra -Julio Cejador, Eugenio G. de Nora- lamentaron siempre que dedicase su notable talento a un género que no daba más de sí; él mismo declaró que no se tomaba en serio el género erótico, como por el contrario sí hacía Felipe Trigo, que intentaba explicar de forma naturalista los hechos y denunciar socialmente los mismos. Sin embargo, con su despreocupado humorismo, Joaquín Belda fue muy popular y entre 1909 y 1930 pocos escritores españoles vendieron más ejemplares de sus novelas que él; su obra de Joaquín Belda fue muy extensa: novelas, relatos cortos, artículos y pequeñas piezas teatrales (casi siempre escritas en colaboración), sobre todo. Tradujo las Memorias de La Bella Otero escritas por Madame Valmont al dictado de la propia Carolina Otero y algunas novelas policíacas: ¿Quién disparó? o El cadáver en la cocina, pero siempre con el mismo tono jocoso, cercano a la parodia.
Alcanzó la popularidad directamente con su primera novela, titulada La suegra de Tarquino; de ella dijo el número 712 de Gedeón (18-7-1909):
La aparición de La suegra de Tarquino,..., puede y debe señalarse como un verdadero fenómeno en nuestro mundillo literario.
Y en la revista Por esos Mundos, número 201 de octubre del año 1911, el crítico y novelista José Francés escribe: "Hace dos años J. Belda era totalmente desconocido... Hoy día figura entre los primeros humoristas españoles... ¿En virtud de qué medios ha conseguido tan rápidamente la popularidad?. Bastó su primer libro La suegra de Tarquino". Además, para alquien tan autorizado como Álvaro Retana, era el mejor novelista erótico español.
Como periodista colaboró en revistas como Bromas y Veras. Semanario agridulce, órgano del «Trust de la Sinceridad Española» (1932-1933), donde tuvo reservada la sección titulada «Incongruencias». Se dedicó en especial a la novela corta, que publicó en las popularísimas revistas de anteguerra: Los Contemporáneos, El Cuento Galante, El Libro Popular, La novela de Bolsillo, La Novela de Hoy, La Novela Corta... Tuvo en Blanco y Negro una sección propia llamada "Filosofía barata" y escribió muchas narraciones cortas para el suplemento literario Los Lunes de El Imparcial. También publicó en la revista Prometeo, en la quincenal de arte y crítica Ideas y Figuras, en Nuevo Mundo, en El Cuento Semanal, en La Novela Semanal, en Madrid Cómico o en el periódico Los hombres libres, que tenía como gerente a Artemio Precioso, para quien trabajó como escritor exclusivo en La novela de Hoy. Por ejemplo, en El sultán de Recoletos, novela corta publicada en 1923, cuenta la triste vida de una joven vasca, Chichita Aranguren, que abandona a los catorce años su ciudad natal de Bilbao para ir a prostituirse a Madrid. Allí se encuentra un día con un hombre, Paco Zambrana, que decide retirarla del oficio y encerrarla en una torre de marfil para evitar que reemprenda sus actividades profesionales; pero eso disgusta a la chica, que se ha aficionado al libertinaje. La historia es dramática, pero Belda la narra en tono ligero y humorístico, en deliberado contraste con el trasfondo de la historia, con la que, por ejemplo, Felipe Trigo habría hecho algo más dramático.
La ideología de Belda es, sin embargo, liberal y moderadamente anticlerical, como en su obra Los nietos de San Ignacio:
El padre Clavel no era un patán como aquel hermano Pedrells que: había in¬gresado en la Compañía para comer caliente todos los días del año, ni un sexual como el padre Macario, que se tomaba al día cuatro cajas de rapé y tenía relaciones con la confitera gorila de la calle de los Portales, ni un caso patológico como el del padre Gambola, que gozaba con espasmos sádicos martirizando a los chicos más débiles y enfermizos, teniéndolos de pie días enteros, y viéndolos temblar de miedo por las noches en la soledad de un corredor... Era un hombre bueno y un alma noble, y los chicos, que adivinaban esto casi por instinto, le querían como el reo quiere al defensor, y al llagarle padre le daban un sentido camal a la palabra, que al aplicarla a Gambola, por ejemplo, se les atravesaba siempre en la boca como una raspa de bacalao (J. Belda, Los nietos de San Ignacio)
Por eso y por su vinculación al republicano Artemio Precioso, el dictador Miguel Primo de Rivera mandó perseguir y procesar a éste y a los escritores que trabajaban para él, incluido Belda. Eugenio G. de Nora escribe sobre él lo siguiente:
Aprovechando con el mismo despreocupado cinismo la más total indiferencia por los valores éticos y artísticos como por los históricos, bien carnavelescas «evocaciones» del mundo antiguo «greco-romano», bien recargadísimos cuadros del hampa burdelaria o teatralera contemporánea, Belda urde fábulas completamente inverosímiles, cuya única finalidad parece ser el provocar la carcajada grosera, el regüeldo sexual. Apenas pueden recordarse, en el fácil amontonamiento de sus libros (pues fue escritor de cierta fecundidad), algún rasgo aislado de gracia, algún fragmento informado de un sentido aceptable del humor, alguna obra (El pícaro oficio, 1914) cuyo peso específico literario sobrenade en el agua de borrajas de la pornografía mercantil.
Narrativa
- Memorias de un buzo, (1903)
- La suegra de Tarquino. Novela de malas costumbres romanas (1909)
- ¿Quién disparó? (1909)
- Memorias de un suicida (1910)
- Saldo de almas (novela psicológica) (1910)
- La farándula (1910)
- No hay burlas con el casero (1910)
- La piara (1911)
- Alcibíades club (1912)
- El pícaro oficio (1912)
- Una mancha de sangre (1913)
- Quién disparó...? Husmeos y pesquisas de Gapy Bermúdez‎ (1914)
- La Coquito (1915)
- Fifí Lupiañez se casa. (1915).
- Aquellos polvos (1916)
- Más chulo que un ocho (1917)
- Las noches del Botánico (1917)
- Las chicas de Terpsícore (1917)
- Los secretos del mar: Novela inédita‎ (1917)
- Un Van-Dyck auténtico‎ (1917)
- Las noches del Botánico (1917)
- El "souper-chotis" (1917)
- La diosa Razón (1918)
- Un riñon de menos (1918)
- La primera salida, (1918)
- Traviatismo agudo (1918)
- El compadrito (1920)
- El señor Manzanares (1920)
- La "season" de Bayas‎ (1920)
- Carmina y su novio (1921)
- Un viaje en el"metro" (1921)
- El que paga descansa. Novela inédita‎ (1921)
- Las mujeres de Belda‎ (1921)
- El 132-228 de Jordán (1922)
- Tobilleras (1922)
- El amigo de "la Curri" (1922)
- En el pasillo (1922)
- Mis memorias de una noche (1922).
- Un carnaval divertido: novela inédita‎ (1922)
- El sonrojo en los negros. Novela inédita‎ (1922)
- Los corrigendos‎ (1922)
- Las bodas de oro de mi colegio. Narración‎ (1923)
- Titina, segunda tiple, (1923)
- Visca Catalunya! (1923)
- El Sultán de Recoletos (1923)
- El Faro de Biarritz‎ (1924)
- El Palomar‎ (1924)
- ¿Conoce usted al procesado? (1924)
- El bebé de Bernabé (1924)
- Amalia, "la Palo Santo"‎ (1924)
- Una española en México (1925)
- La reina de los Pirineos (1925)
- Alta mar (1925)
- El carnaval en la Habana (1925)
- Las Orejas (1926)
- En el pais del Bluff: veinte dias en Nueva York‎ (1926)
- Una representación de Fausto (1927)
- Treinta días sin comer (1928)
- Memorias de una máscara: El carnaval en Niza (1928)
- La Traviata en Marsella (1928)
- Vinos de España (1929)
- Se ha perdido una cabeza (1929).
- Me acuesto a las ocho (1930).
- La revolución del 69. Novela comunista‎ (1931)
- Máiquez, actor, guerrillero y hombre de amor‎ (1935)
- Función de gala, s. a.
- La bajada de la cuesta, s. a.
- Una mancha de sangre, s. a.
- La feria del amor, s. a.
Teatro
De Pinto viene el amor, o, los dados mal tomados: Ordubre en dos bandejas, inspirado en cien comedias de nuestro siglo de Oro, y escrito en verso, o cosa así (1924).

Carmen Conde

Carmen Conde Abellán (Cartagena, 15 de agosto de 1907 - Madrid, 8 de enero de 1996) fue una maestra, poeta y narradora española. En 1931 fundó, junto con Antonio Oliver Belmás, la primera Universidad Popular de Cartagena. Fue la primera académica de número de la Real Academia Española; pronunció su discurso de entrada en 1979.
Biografía
A los siete años se trasladó con su familia a Melilla, donde vivió hasta 1920. Las memorias de esta época están recogidas en Empezando la vida. En 1923, aprobó unas oposiciones para Auxiliar de la Sala de Delineación de la Sociedad Española de Construcción Naval y comenzó a trabajar, iniciando su colaboración con la prensa local un año más tarde. A los 19 años comenzó a estudiar Magisterio en la Escuela Normal de Maestras de Murcia.
Un año después, en 1927, conoció al poeta Antonio Oliver Belmás y formalizaron sus relaciones. Antonio Oliver encauzó el rumbo poético de Carmen Conde. Ella publica en Ley: (entregas de capricho), y en 1928 en Obra en marcha: diario poético, las minoritarias revistas de Juan Ramón Jiménez. En 1929 escribe su primera obra, Brocal, terminando sus estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Albacete el año 1930. Un año más tarde, el 5 de diciembre de 1931 se casan para crear la primera Universidad Popular de Cartagena. En 1933, ambos fundan la revista Presencia, órgano de la Universidad Popular de Cartagena, institución que también cuenta con biblioteca de adultos, biblioteca infantil, cinema educativo, conferencias, excursiones, exposiciones de arte, etc., auxiliados por el Patronato de Misiones Pedagógicas. Carmen trabaja como maestra en la Escuela Nacional de Párvulos de El Retén.
En 1934 Carmen Conde publica Júbilos, prologado por Gabriela Mistral e ilustrado por Norah Borges. Trabaja como Inspectora-Celadora de Estudios del Orfanato de El Pardo, hasta que dimite en 1935. En este año, los esposos colaboran con periódicos nacionales, como El Sol, y también con publicaciones seriadas hispanoamericanas.
Al estallar la Guerra Civil, Oliver se une al ejército republicano al frente de la Emisora Radio Frente Popular n. 2. Carmen le sigue por varias ciudades de Andalucía, pero regresa a Cartagena para cuidar de su madre. El estallido de la Guerra hace que en julio de 1936, renunciaran al proyecto de acudir a la invitación de Gabriela Mistral (entonces Cónsul de Chile en Lisboa), antes de viajar a Francia y Bélgica, para estudiar las instituciones de cultura popular en aquellos países, para lo que Carmen había obtenido una pensión. También en la Facultad de Letras de Valencia sigue cursos y aprueba oposiciones a Bibliotecas, aunque no llega a ejercer. Al acabar la Guerra, Oliver vive recluido en Murcia en casa de su hermana; Carmen se instala en El Escorial en casa de unos amigos, los Alcázar. Para comunicarse con su marido se vale de su amigo José Ballester Nicolás, director de La Verdad y funcionario de Correos.
La década de 1940 fue literariamente muy productiva para ambos; ella utiliza como seudónimos Magdalena Noguera, Florentina del Mar y otros. Imparten cursos para extranjeros, pronuncian conferencias... En 1941, Carmen se instala en la calle Wellingtonia de Madrid, en un inmueble propiedad de Vicente Aleixandre, que reside en la planta baja. Desde 1944 a 1951, colabora en Radio Nacional de España. Por fin, el matrimonio puede reunirse en 1945, residiendo en la Pensión Valls de la madrileña calle Goya, junto con la madre de Carmen, hasta que en 1949 pasan a vivir en el que será el domicilio familiar, en la calle Ferraz. Ella se encarga de la asesoría literaria de la Editorial Alhambra, colabora en la Sección Bibliográfica del CSIC y en la Sección de Publicaciones de la Universidad Central de Madrid. Estos años publica algunas de sus obras poéticas más importantes: Ansia de la Gracia, Mujer sin Edén...
En el año 1956, el matrimonio gestiona la cesión al Ministerio de Educación Nacional del archivo de Rubén Darío, que estaba en poder de su última compañera, Francisca Sánchez.
El 28 de julio de 1968 muere Antonio Oliver, promocionando su esposa tres años más tarde la edición de las obras completas de su marido. En el año 1978 es elegida académica de número de la Real Academia de la Lengua, ocupando el sillón "k", pronunciando el 28 de enero de 1979 el discurso de ingreso en la Academia, Poesía ante el tiempo y la inmortalidad.
A partir de la año 1982 y a pesar de la continuidad en su labor creadora, comienzan a manifestársele los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Aun así, no deja de conceder entrevistas, participar en programas de radio, etc. Incluso en 1987 recibe el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Canciones de nana y desvelo.
En los últimos años de su vida entre 1992 y 1996, vive en una residencia en Majadahonda (Madrid). En septiembre de 1992 redacta su testamento legando al Ayuntamiento de Cartagena, su ciudad natal, la totalidad de su obra literaria y la de su marido. Los mandatarios de la escritora, en virtud del poder otorgado por la misma, formalizan un convenio que regula la donación de este legado cultural, cuyo texto definitivo se aprueba en 1994. Con la misión de velar por el buen funcionamiento y cumplimiento de los fines de la donación, así como el fomento de las personalidades de Carmen Conde y Antonio Oliver y sus obras, el Ayuntamiento de Cartagena se compromete en este Convenio a crear el Patronato Municipal Carmen Conde-Antonio Oliver, que se constituye en 1995; este mismo año se inaugura el Museo.
Premios y reconocimientos
1953. Premio Elisenda de Montcada por Las oscuras raíces.
1954. Premio Nacional Simón Bolívar de Siena (Italia) por Vivientes de los siglos.
1961. Premio Doncel de Teatro Juvenil, por el libro A la estrella por la cometa, escrito junto a Antonio Oliver.
1967. Premio Nacional de Poesía por Obra poética.
1978. Académica de la Real Academia Española, convirtiéndose en la primera mujer que logra este honor; ocupa el sillón k.
1978. Hija Predilecta de la provincia de Murcia
1978. Hija Predilecta de la ciudad de Cartagena
1978. Hija Adoptiva de La Unión.
1979. Premio Benito Pérez Galdós de Periodismo.
1979. Premio Adelaida Ristori del Centro Culturale Italiano.
1979. Título de Almirante del Estado de Nebraska.
1979. Nombramiento como Académica Correspondiente de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico.
1980. Premio Ateneo de Sevilla por Soy la madre.
1980. Entrega de llaves de la ciudad de Miami, distintas adopciones por entidades culturales y Universidades de ésta y de Nueva York
Arturo Pérez-Reverte

Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez (Cartagena, 25 de noviembre de 1951) es un novelista y periodista español. Desde el año 2003 es miembro de la Real Academia Española, elegido (T) el 23 de enero de 2003, tomó posesión el 12 de junio de 2003.
Biografía
Licenciado en periodismo, durante los tres primeros años de esta carrera cursó a la vez estudios de Ciencias Políticas. Ejerció como reportero de guerra durante 21 años (1973-1994), primero en el Diario Pueblo (donde permaneció 12 años) y luego en Televisión Española. En 1977, durante su estancia en el diario, y junto a su compañero Vicente Talón, fundó la revista Defensa, que vio la luz en los quioscos en abril de 1978, y de la que fue redactor jefe hasta que sus compromisos como corresponsal le obligaron a dejar la editorial.
Tras la desaparición de Pueblo ejerció como reportero de los Servicios Informativos de Televisión Española durante otros nueve años, hasta 1994. A principios de los años 90 presentó en RNE La ley de la calle, un programa de radio, en horario nocturno, en el que se daba cabida a numerosos personajes de diversos ámbitos, la mayoría de las veces, marginales, y que fue clausurado por Jordi García Candau, director de RTVE. Entre 1993 y 1994 presentó el programa sobre la actualidad de la crónica negra Código Uno, también en Televisión Española, que pasó a la posteridad por dar a conocer a José Tojeiro. De este programa renegó públicamente ("contiene basura", afirmó en una conferencia) antes de presentar su dimisión, lo cual hizo con una durísima carta al director del Ente que repartió por las mesas y clavó en los tablones de anuncios de Torrespaña.
Tal como expuso en Territorio comanche, se despidió asqueado, por la falta de medios y por la politización de la televisión. Como corresponsal de guerra, cubrió conflictos armados en Chipre, Líbano, Eritrea, el Sáhara, las Malvinas, El Salvador, Nicaragua, Chad, Libia, Sudán, Mozambique, Angola, el Golfo Pérsico, Croacia, Bosnia, entre otros. Una experiencia que habría de marcarlo fue la Guerra de Eritrea, en la cual anduvo desaparecido varios meses y consiguió sobrevivir a duras penas gracias a sus amigos de la guerrilla; en esa ocasión, hubo de defender su vida con las armas. Inició su carrera de novelista en 1986 con la publicación de El maestro de esgrima, aunque ya había publicado, con discreto éxito, la novela corta El húsar. En 1994 abandonó su profesión de reportero y se dedicó en exclusiva a la literatura. Desde 1991 es columnista en el suplemento dominical El Semanal. Ha publicado hasta el momento dieciocho novelas y varias colecciones de artículos. Sus novelas El maestro de esgrima, La tabla de Flandes y El club Dumas han sido adaptadas al cine con éxito, esta última con el título de La Novena Puerta por Roman Polanski. Ingresó en la Real Academia Española el 12 de junio de 2003, para ocupar el sillón T, vacante desde el fallecimiento del filólogo Manuel Alvar en 2001.
En 2006 se estrenó la película Alatriste de Agustín Díaz Yanes, basada en su serie de novelas de El capitán Alatriste, y en 2007 La carta esférica, dirigida por Imanol Uribe.
Es Pérez-Reverte, el primer doctor 'honoris causa' de la Universidad Politécnica de Cartagena, desde el 18 de febrero de 2004.
Está casado con Blanca y tiene una hija, Carlota, que participó en el primer libro de la serie del Capitán Alatriste. Arturo Pérez-Reverte es, además, noble: el Rey Xavier I de Redonda le nombró en 1999 Duque de Corso y Real Maestro de Esgrima del Reino de Redonda.
Literatura
Viajero, bibliófilo, navegante y estudioso de la legendaria tradición heroica española, Pérez-Reverte empezó escribiendo éxitos de ventas culturalistas, como La tabla de Flandes y jugó con la novela histórica y el thriller en obras como El maestro de esgrima o El club Dumas, pero su amarga experiencia como reportero de guerra y amante de la acción se fue poco a poco reflejando en su obra a partir de Territorio comanche (El pintor de batallas también está claramente influenciado por su experiencia como reportero) y se expresó a través de temas como el cansancio del héroe, la aventura, la amistad, el viaje como peligro, la muerte como último viaje y la cultura y la memoria como única salvación que permite comprender la realidad, soportar el dolor, saber quién se es y qué es el mundo. En Pérez-Reverte la violencia es un símbolo existencial del absurdo que nos obliga a definirnos moralmente en toda nuestra ambigüedad y adoptar una postura forzosamente pesimista en el mundo. Su visión de la existencia es sombría. Pérez-Reverte aborrece el humanismo cristiano y cree en que la filosofía pagana tiene una visión más exacta y cruel del mundo.
Obras literarias
- Narrativa
El húsar (1986, editorial Akal)
El maestro de esgrima (1988, editorial Mondadori)
La tabla de Flandes (1990, editorial Alfaguara)
El club Dumas o La sombra de Richelieu (1993, editorial Alfaguara)
La sombra del águila (1993, editorial Alfaguara)
Territorio comanche (1994, editorial Ollero y Ramos)
Un asunto de honor (Cachito) (1995, editorial Alfaguara)
La piel del tambor (1995, editorial Alfaguara)
La carta esférica (2000, editorial Alfaguara)
La Reina del Sur (2002, editorial Alfaguara)
Cabo Trafalgar (2004, editorial Alfaguara)
El pintor de batallas (2006, editorial Alfaguara)
Un día de cólera (2007, editorial Alfaguara)
Ojos azules (2009, editorial Seix Barral)
- Colección Las aventuras del capitán Alatriste (todas en la editorial Alfaguara)
El capitán Alatriste (1996)
Limpieza de sangre (1997)
El sol de Breda (1998)
El oro del rey (2000)
El caballero del jubón amarillo (2003)
Corsarios de Levante (2006)
(2010)
-Recopilatorios de artículos de prensa
Patente de corso (1998) (recopilación de artículos)
Con ánimo de ofender (2001) (recopilación de artículos)
No me cogeréis vivo (2005) (recopilación de artículos)
Varios
Obra breve (1995) (relatos y artículos)
Adaptaciones y guiones cinematográficos
El maestro de esgrima, Pedro Olea (1992)
La tabla de Flandes, Jim McBride (1994)
Cachito, Enrique Urbizu (1995) (basada en la novela Un asunto de honor (Cachito))
Territorio comanche, Gerardo Herrero (1997)
Camino de Santiago, Robert Young (1999) (serie de televisión, guión original de Arturo Pérez-Reverte)
La novena puerta, Roman Polański (1999) (basada en la novela El club Dumas)
Gitano, Manuel Palacios (2000) (guión original de Arturo Pérez-Reverte)
Alatriste, Agustín Díaz Yanes (2006) (basada en la serie de novelas del Capitán Alatriste)
La carta esférica, Imanol Uribe (2007)
Quart. El hombre de Roma, Jacobo Rispa (2007) (serie de televisión, basada en el personaje protagonista de La Piel del Tambor, emitida en Antena 3)
Queen of the South, Jonathan Jakubowicz (2009) (basada en la novela La Reina del Sur)
Premios y distinciones
Medalla Laureada del Cantón de Cartagena, otorgada por el Partido Cantonal de Cartagena (1993).
Premio Asturias de Periodismo por su cobertura para TVE de la guerra de la antigua Yugoslavia (1993)
Premio Ondas de Radio Nacional de España por el programa La ley de la calle (1993).
Premio Goya al mejor guión adaptado por El maestro de esgrima (Francisco Prada, Antonio Larreta, Pedro Olea y Arturo Pérez-Reverte, 1993)
Premio Palle Rosenkranz, otorgado por la Academia Criminológica de Dinamarca por El club Dumas (1994)
Premio Jean Monnet de literatura europea por La piel del tambor (1997).
Nombrado Caballero de la Orden de las Artes y Letras de Francia por el presidente de la República Francesa. La distinción se concede para honrar a personalidades distinguidas en el ámbito artístico o literario (1998).
Premio Mediterráneo extranjero, fallado en París, por La carta esférica (2001).
Premio González-Ruano de periodismo en 2003, por su artículo Una ventana a la guerra.
Condecorado con la Gran Cruz al Mérito Naval, la más alta distinción otorgada por la Marina para un civil, por su novela Cabo Trafalgar (2005).
Medalla de Oro de San Telmo de la Fundación Letras del Mar (2006).
Fiambrera de Plata del Ateneo de Córdoba (2009).

LA HISTORIA DE MUESTRA CIUDAD

MASTIA








Mastia (o Massia de Tarsis) es el nombre de una antigua etnia ibérica, perteneciente situada en el sureste de España[ y que tradicionalmente se ha asociado a la ciudad de Cartagena, que conocemos a través de la «Ora Marítima», escrito por el romano Rufo Festo Avieno en el siglo IV a.C. Sin embargo, no hay pruebas definitivas de de este autor se refiriera a Cartagena

ÉPOCA CARTAGINESA

Lo que si es cierto es que Cartagena fue fundada, con el nombre de Quart Hadast, hacia el año 227a. C. Por el general cartaginés Asdrúbal, y que en el año 209 a.C. fue conquistada por el romano Publio Cornelio Escipión en el transcurso de la segunda Guerra Púnica contra Aníbal
la Púnica puede datarse en los años finales del siglo III a..c., coincidiendo con la fundación de la ciudad por el general cartaginés Asdrúbal cuando se convierte en la capital bárquida de Iberia.
ÉPOCA ROMANA

Con la con conquista por Roma Quart Hadas pasa a llamarse Cartagonova. La ciudad vivirá sus mayores momentos de esplendor durante la dominación romana entre finales del siglo III a.C. y los comienzos del II d.C. La importancia de la ciudad se basó, junto a la riqueza minera, en su privilegiado emplazamiento y la singularidad de su topografía que permitía su fácil defensa



TEATRO ROMANO

El teatro romano fue construido aproximadamente en los últimos años del siglo I a.C. La escena Esta levantada sobre un podium de dos metros y de casi 16 m. de altura, articulado en dos pisos mediante columnas rojizas apoyadas sobre basas doble áticas de mármol blanco y coronadas por capiteles corintios.
Los materiales de comnstrucción son todos de la región

Los materiales de construcción son de la región de Murcia
Los materiales utilizados en su construcción , son mármol. travertino de Mula, calizas grises Mar Menor, Mármoles griegos y de Torre Pacheco; y areniscas amarillas de
Canteras
CASA DE LA FORTUNA
La Casa de la Fortuna comprende los restos de una calzada de la época romana y dos viviendas del siglo I a.C.
reflejando el modo de vida romano a través de las escenas cotidianas que se pueden observar en sus elementos decorativos: pinturas al fresco, murales, mosaicos...

DECUMANO MÁXIMO
Se trata de un tramo de calzada que discurre en dirección este-oeste, uniendo la zona portuaria con el foro, el denominado Decumano Máximo. Su construcción se ha datado en el siglo I, pero buena parte del enlosado, junto con los restos de las termas y porticado, son en torno a los siglos IV-V
EL AGUSTEUM
El Augusteum data de principios del siglo I, época del emperador Tiberio (14-37 d.C) era el Colegio Augustal de Carthago Nova, constituido por sacerdotes o augustales encargados del culto al emperador en la ciudad
Se accedía mediante un patio flanqueado por dos galerías porticadas, con columnas corintias, rematadas en su interior por exedras semicirculares a las , que daban dos puertas de paso a unas habitaciones estrechas, Al fondo del patio, se hallaba el pórtico hexástilo) que constituye el pronaos. Desde donde se entraba a una sala. Este era el espacio de culto al emperador,.

EPOCA VISIGODA BIZANTINA
Con la caida l del imperio romano se abre una época de decadencia de la que se tienen muy pocas noticias. De este período destaca el paso, el dominio visigodo, interrumpido en el 555 por las tropas bizantinas de Justiniano que tomaron la ciudad llamándola Carthago Spartaria.y la convirtieron en la capital de la provincia de Spania, que abarcaba parte de sureste peninsular, desde Málaga a la propia Cartagena. La ciudad sería tomada nuevamente por los visigodos hacia el año 621, permaneciendo en su poder hasta la conquista árabe, en el 734.
Lápida de Comenciolo, principal testimonio escrito de la reconstrucción de la ciudad durante el mandato bizantino. Museo Arqueológico de Cartagena y murallas bizantinas

Tras la Capitulación de la Cora de Tudmir, (rey visigodo), en el año 734 Cartagena cayó en manos de los árabes, quienes la llamaron Qartayannat al-Halfa inauguraron una etapa de recuperación de la ciudad
Durante los cinco siglos de dominación musulmana en la península, Cartagena Conservó su importancia estratégica como base naval, teniendo grandes actuaciones bajo el reinado de Abderramán I .Quedan pocos restos árabes en el monte de la concepción

SIGLOS XII Y XIII
CATEDRAL DE SAN TA M ARIA LA VIEJA
1245, Alfonso X El Sabio (que aún era infante) conquistó la ciudad y se restauró la antigua Diócesis de Cartagena y se inició la construcción de una iglesia catedral de estilo tardorrománico, del que quedan algunos elementos, como part
e de muros y pilares.A finales del siglo XIX se restauró y reconstruyó el edificio, por el arquitecto Víctor Beltrí y se le dio un aspecto neorrománico, Fue destruida en la guerra civil.
Formaba parte de una serie de torres que fueron construidas en los siglos XVI y XVII a lo largo de toda la comarca de Cartagena como instrumento de defensa ante los ataques de los piratas berberiscos, especialmente procedentes de Argelia
SIGLOS XVI Y XVII
EL BARROCO Y NEOCLASICISMO
MURALLA DEL MAR
Muralla mandada construir por Carlos III para defensa de la ciudad. Constaba de 3 puertas, La de Madrid, en la calle del Carme, la de de San José en la calle Sam Diego y la de Santa Catalina en el Puerto
Siglo XVIII Cartagena recobrará su antigua importancia en el siglo XVIII cuando, a raíz de su elección en 1728 como capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo y la construcción del Arsenal y de los castillos y cuarteles previstos en el plan de fortificación de la ciudad, alcanzando una gran actividad constructiva y mercantil el contingentes de población, pasando ésta en un corto espacio de tiempo de 10.000 a 50.000 habitantes.

IGLESIA SANTO DOMINGO
Perteneciente al antiguo convento de San lsidoro, de la orden de Santo Domingo, sobre el que se construyó una iglesia castrense de la Armada. Destaca la capilla de la Cofradía Marraja, construida en 1695, que alberga un retablo barroco de madera policromada

PUERTA DEL ARSENAL
Esta es la única puerta que queda en pie de entre las que se construyeron en el S. XVIII en las Murallas de Cartagena. Concebida como la entrada monumental al Arsenal -la obra más trascendente de todas las que se realizaron en la ciudad durante este siglo-,
Única puerta conservada de las que se construyeron en el S. XVIII en las murallas de Cartagena. En 1865 se le superpuso la torre con reloj, subrayando más la importancia del espacio al que se accede

ESCUELA DE GUARDAMARINES
En este edificio se encuentran actualmente los Servicios Generales de la Armada, aunque fue proyectado en su momento por el gran arquitecto neoclásico Juán de Villanueva para escuela y cuartel de Guardias Marinas.
Aunque esta obra no ha sufrido demasiadas modificaciones las reformas han desfigurado parcialmente la última planta que ahora no concuerda demasiado con el resto.



Siglo XIX
En la primera mitad del Siglo XIX hay un nuevo período de crisis, pero partir de la segunda mitad de siglo se verá un nuevo despegue de Cartagena a causa del gran auge de la minería, La explotación de la plata fue dando lugar a la ascensión de una nueva clase comercial que construyó sus palacios en Cartagena. construya numerosos edificios de carácter público y privado, que recogen las tendencias eclécticas y modernistas entonces imperantes.: Palacio Consistorial, Gran Hotel, la Casa Zapata, La casa LLagostera la Casa Maestre….

MINA MATILDE
La Mina Matilde se dedico extracción de agua desde comienzos del siglo XX para el desagüe de esta cuenca minera, si bien se iniciaron como mina para la extracción de plomo entre 1864 y 1871. Destacan por su gran valor patrimonial, la belleza de sus emblemáticos castilletes metálicos y el interés paisajístico de la cuenca visual en que se ubican.

PALACIO CONSISTORIAL
Edificio de forma triangular con fachadas diferentes. De construcción ecléctica algo afrancesado, para resaltar el carácter oficial del edificio El estilo modernista se manifiesta en las pinturas y detalles decorativos de la zona noble del vestíbulo y la primera planta.


CASA MAESTRE GRAN HOTEL CASA ZAPATA
Casa Maestre es un edificio de un estilo muy similar a otros del modernismocatatanlLa fachada es de piedra y está marcada por su eje central, así como por el ritmo ternario de sus elementos.
Construido n un estilo modernista de inspiración gótica, muy frecuente en Cataluña, de donde era originario el arquitecto Víctor Beltrí. Destacan en el exterior exterior el pórtico sobre columnas y torre almenada y los remates de influencia vienesa en el muro, y ya en el interior el patio cubierto por una vidriera de estilo árabe.
El Gran Hotel Los contrastes de volúmenes, colores y materiales, así como un cuidadísimo programa ornamental no hacen sino poner en valor la obra de Beltrí. Originalmente de uso hotelero y en la actualidad como oficinas.

SIGLO XX-XXI
Durante el primer tercio del siglo XX llego la crisis de la minería. Pero en la década de los años cincuenta, Cartagena conoció una nueva etapa de auge debido a la implantación de numerosa industria en el Valle de Escombreras. Una situación que se mantuvo hasta comienzos de crisis de los noventa.

VALLE DE ESCOMBRERAS
En los últimos años del siglo XX y principios del XXI Cartagena lucha por conservar y divulgar su rico su patrimonio artístico-arqueológico, ejemplo de ello es Cartagena Puerto de Culturas, que junto a sus playas, lugar excepcional para la práctica de todo tipo de deportes náuticos, la convierten en su mejores atractivo para el turismo .

MARMENOR


Son plantas iberonorteafricanas - especies tan solo presentes en la franja costera de Cartagena y del Norte de África, Buscar las plantas siguientes definirlas y poner un dibujo
Plantas que solo existen ejemplares autóctonos en la sierra de Cartagena dentro de toda la Europa continental

Araar o sabina mora Tetraclinis articulata El araar, conocido en la comarca como sabina de Cartagena, es un arbolillo que encuentra en la sierra litoral sus últimas poblaciones naturales de la Europa continental.

Arto
Nombre común o vulgar: Zarza, Zarzamora, Artos, Espino negro, Zarzaneda, Zarzón, Barza, Cambrón, Cambronera, Espina de vaca
Nombre científico o latino: Rubus fruticosus
Arbusto que puede alcanzar los cinco metros de altura y que produce cada año vástagos que se desarrollan dando lugar a nuevas plantas.Lo más característico de esta planta es que posee aguijones endurecidos que actúan como disuasores en el caso de querer pasar a su través, razón por la que su cultivo es abundante como protección de fincas frente a incursiones humanas o de ganado.

Cornicabra Pistacia terebinthus
Origen: especie mediterránea. Se extiende por los países ribereños del mediterráneo, encontrándose los ejemplares mejor desarrollados en el archipiélago griego. Etimología: su nombre especifico proviene de la trementina obtenida de su corteza y cornicabra por la agalla curvada o modo de cuerno de cabra que presenta con frecuencia.

Caralluma hesperidiumTallo simple o ramificado, de color verdoso claro con manchas rojizas. Su sección tiene 4 costillas muy redondeadas con dientes cónicos, carnosos y agudos. Flores: de 2 a 10, poseen un corto pedúnculo y miden 2 cm. de diámetro. La superficie interna es aterciopelada y algo papilosa, de color marrón púrpura oscuro. El interior del tubo es liso y amarillento. Floración: verano. Requieren sombra parcial y baja humedad ambiental. Suelo bien drenado.

Endemismo es un término utilizado en biología para indicar que la distribución de un taxón está limitado a un ámbito geográfico reducido, no encontrándose de forma natural en ninguna otra parte del mundo. Por ello, cuando se indica que una especie es endémica de cierta región, significa que sólo es posible encontrarla de forma natural en ese lugar.

Especies frecuentes en la Península Ibérica

La encina común 'quercus rotundifolia' es uno de los árboles más emblemáticos de la cuenca mediterránea y de la Península Ibérica. El nombre 'quercus' proviene de palabra celta quercuez, que significa árbol hermoso. Su fruto es la bellota.

Madroño: Arbusto o matorral que llega a árbol si se libra del fuego, del hacha y del diente del ganao de corteza anaranjada, hojas verde oscuro lustroso, flores blancas y frutos en tonalidades intermedias entre el amarillo y el rojo madurando al Sol del otoño, hoja perenne de entre 5 a 15 m de alto, Las flores son entre blanco y verdosas. Son muchos los usos del madroño, pero quizás el uso comestible de sus frutos sea el más conocido: aunque de poco sabor, no les falta algo de dulzor. Se hacen con ellos mermeladas y confituras de madroño.

Pinar de pino carrasco Árbol perenne de la familia de las pináceas de hasta 20 m, aunque suele presentar menos altura .Tallos de corteza blanquecina plateada en la juventud, pero de tonos más oscuros y enrojecidos cuando llega a la madurez. Corteza que también se va agrietando con el paso de los años. Hojas entre 5 y 12 cm, en forma de aguja, con un milímetro de grosor. Piñas de hasta 12 cm por unos 4 de anchura, de forma claramente cónica y con los pedúnculos curvados. Las semillas ( piñones) no son comestibles. Se distingue principalmente del resto de los pinos por sus hojas estrechas y por la curvatura de los pedúnculos de las piñas.

Comunidades de arbustos y matorrales

Esparto Con el nombre de esparto se conocen popularmente tanto el esparto propiamente dicho, o atocha (Stipa tenacissima), como el esparto basto o esparto de Aragón o albardín (Lygeum spartum). Sus formaciones naturales se denominan espartales, atochares y albardinales respectivamente.Ambos forman parte de la vegetación característica de los ambientes esteparios.

Palmito, Margallón, Margalló, Palma enana, Palmito europeo, Dátiles de perro, Palma de escoba, Palmitera Chamaerops humilis
Crece en la regiones áridas y secas A veces llegan a constituir grandes palmitares impenetrables y otras aparecen más esparcidos, en zonas altamente erosionadas y desnudas de casi toda vegetación.Los frutos son carnosos, ovoides, de color amarillo rojizo, de 2-3 cm, y no son comestibles. El corazón o cogollo de las plantas es tierno y comestible.

Espino negro Se trata de un arbusto muy ramíficado y espinoso, de tallo leñoso, corteza grisácea y un tamaño que oscila entre 1 y 3 m. de altura.
Los frutos del espino negro aparecen en forma de drupa, de entre 4 y 6 mm. de diámetro, siendo, en un principio de color verde, que se torna negra en su madurez.
El espino negro se distribuye por toda la Región de Murcia entre los 0 m. y los 1200 m. de altitud, siendo su hábitat natural el de las formaciones de matorral alto, y también, el del sotobosque de los pinares dispersos.Al ser un arbusto espinoso y de ramas bastante quebradas, estas se han utilizado, en el ámbito rural, para cubrir las tapias de los corrales y para la separación de tierras, haciendo de linderos.

Aromáticas

Romero Rosmarinus officinalis 'Postrata' Estupenda planta autóctona mediterránea para el jardín. Se utiliza para condimentar los platos del país y como ambientador natural. Existe la creencia de que tener una rama de romero en la mesa de la casa es bueno. Además, medicinalmente, se le atribuyen magníficas propiedades ya que se le considera bueno para todo tipo de enfermedades. Es muy utilizado para aromatizar platos de carne, como cordero, pollo, sopas y pescado asado, para salsas de tomate, aromatizante etc..

Tomillo Thymus vulgaris L. Mata perenne aromática de la familia de las labiadas de hasta 30 cm de altura. Favorece la digestión, evita los espasmos gástricos e intestinales y evita la formación de gases, muy rica en hierro. potente antiséptico. Su riqueza en timol la hace muy adecuada para el tratamiento de las enfermedades reumáticas, Relajante y somnífero muy suave favorece la circulación por sus propiedades antiagregantes Por influencia de sus aceites esenciales, muy útil como relajante muscular propiedades antisudoríficas y bacteriostáticas Cicatrizante - antiséptica